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Por una convivencia sana

La Mesa de Convivencia y Seguridad Ciudadana de la zona 16 convocó, el pasado 15 de mayo, al 1er. Encuentro “Cambiando la sociedad, por una comunidad sana”, dirigido a estudiantes y vecinos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con la convicción de que cada ser humano “se merece una vida diferente”, Claudia Bello y Marta Barrios, rompieron silencio y dieron testimonio de la violencia doméstica que pasaron en el seno de sus respectivos hogares.

Bello manifestó que la violencia es un problema que está instalado en la sociedad y que cada vez “decimos menos perdón y existen más conflictos”. Abogó porque en cada hogar se tome conciencia que allí “radica la responsabilidad de educar para una convivencia sana”.

Entre los motivos por los cuales soportó la violencia física y verbal fue porque en su familia de origen también había vivido situaciones de violencia, a eso se le sumó la preocupación por sus hijos. Barrios coincidió en el último aspecto. Tanto Bello como Barrios compartieron en que “siempre me ponía en el lugar de él (el agresor), y no en el mío”, al tiempo que encontraban justificaciones. 

Al encuentro, que se realizó en el Liceo 71, asistieron además de Bello y Barrios los siguientes panelistas: Rosario Gularte, enfermera del Municipio C, Clara Leite y Rossana Bianchi, de la Defensoría Pública, Manuel Figueroa, jefe de la Unidad Especializada de Violencia Doméstica de Montevideo, y Mario Vázquez, jefe de la Policía Comunitaria. En el mismo participaron estudiantes y vecinas/os.

Leite explicó el procedimiento una vez que se recibe la denuncia por violencia doméstica: “Se cita a una audiencia con el denunciante y el agresor, y en algunos casos se realiza pericia a los niños si correspondiere”. Aclaró que en la mayoría de los casos “no se asume la violencia física por parte de los afectados”, pero alentó a vencer sus propios miedos.

Por su parte, Figueroa señaló que se cuenta con dos mesas de entrada de denuncias y asesoramiento en Montevideo. Al tiempo que informó que se colocaron 20 tobilleras electrónicas en el marco de las medidas cautelares de protección de la víctima. Alentó a “romper el silencio como primer paso, ya hemos dado varios”.

Bello aseguró en base a su experiencia que la “pulsera electrónica ha sido una herramienta espectacular”. Si bien la misma se utiliza durante un máximo de 120 días, Bello señaló que ganó “tiempo para ir a terapia e intentar ser dueña de mi vida”. En el día 121 se imagina “de pie” para seguir adelante. 

Por su parte, Vázquez detalló que se conocen los movimientos del agresor durante las 24 horas y en caso de acercarse al hogar de la víctima se comunican con la misma y se envía un móvil policial si fuera necesario. También la Policía Comunitaria mantiene entrevistas en el domicilio del agresor como una manera de mantener un contacto cercano y seguimiento de la persona. Aclaró que en caso de que el agresor rompa la pulsera, se dispara un sistema de seguridad y de vigilancia inmediato.

En tanto, la enfermera Gularte llamó a “construir entre todos una sociedad de respeto y más justa”. Aseguró que “estamos más avanzados que antes al contar con una ley marco de violencia doméstica Nº 17.514 del 2002 y un Plan Nacional de Lucha contra la Violencia Doméstica” del 2004; pero no es la solución a todos los problemas”.

Manifestó que la clave está en que “todos tendemos a repetir conductas y patrones, y no somos conscientes de ello. La educación es fundamental”.

Gularte añadió que el profesional de la salud es el que brinda la primera asistencia y quién puede realizar coordinaciones con los recursos locales para la atención de las víctimas de violencia. 

Las denuncias por violencia doméstica se realizan al 0800 41 41 y al 0800 50 00.